miércoles, 16 de diciembre de 2009

La estatua de Espartero


El monumento al General Espartero de la Villa de Madrid,está ubicado en la confluencia de las calles de Alcalá y O'Donnell, justo en el límite de los distritos de Salamanca y Retiro, y frente a la puerta de Hernani que da acceso al Parque del Retiro. Representa al político y militar Baldomero Espartero(1793-1879) montado a caballo y ataviado con traje de campaña. Fue costeado por suscripción nacional e inaugurado con toda solemnidad en el año 1886.

Himno de Riego

http://www.youtube.com/watch?v=zec9vlvwuxo
Serenos y alegres,valientes y osados¡Cantemos, soldados,el himno a la lid!¡De nuestros acentosel orbe se admirey en nosotros mirelos hijos del Cid!
Soldados, la patrianos llama a la lid,¡Juremos por ellavencer o morir!
¡Blandamos el hierroque el tímido esclavodel libre, del bravo,la faz no osa ver!Sus huestes cual humoveréis disipadas,y a nuestras espadasfugaces correr.
Soldados, la patrianos llama a la lid,¡Juremos por ellavencer o morir!
¿El mundo vio nuncamás libre osadía?¿Lució nunca un día más grande el valor,que aquel que, inflamados,nos vimos del fuegoque excitara a Riegode Patria el amor?
Soldados, la patria nos llama a la lid,¡Juremos por ellavencer o morir!
Honor al caudillo,honor al primeroque el cívico aceroosó fulminar.La patria afligidaoyó sus acentosy vio sus tormentosen gozo tornar.
Soldados, la patria nos llama a la lid,¡Juremos por ellavencer o morir!
Su voz fue seguida,su voz fue escuchada,tuvimos en nadasoldados morir.Y osados quisimosromper la cadenaque de afrenta llenadel bravo el vivir.
Soldados, la patria nos llama a la lid,¡Juremos por ellavencer o morir!
Ya la alarma tocan;las armas tan sóloel crimen, el dolo,podrán abatir.¡Que tiemblen, que tiemblen,que tiemble el malvado,al ver al soldadola lanza esgrimir!
Soldados, la patria nos llama a la lid,¡Juremos por ellavencer o morir!
La trompa guerrerasus ecos da al viento,de horrores sediento;ya muge el cañón.Ya Marte, sañudo,la andana provocay el genio se invocade nuestra nación.
Soldados, la patria nos llama a la lid,¡Juremos por ellavencer o morir!
Se muestran: ¡volemos,volemos, soldados!¿Los veis aterradosla frente bajar?¡Volemos, que el librepor siempre ha sabidoal siervo rendidola frente humillar.
Soldados, la patria nos llama a la lid,¡Juremos por ellavencer o morir!

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Juan Crisóstomo de Arriaga

Juan Crisóstomo Jacobo Antonio de Arriaga y Balzola (27 de enero de 1806 - 17 de enero de 1826) fue un compositor español.Murio a las 20 años de tuberculosis)

OBRAS DE ARRIAGA QUE AÚN SE CONSERVAN:
De su producción sinfónica se han conservado las Oberturas Op. 1, Op. 20 y la Obertura para su ópera en dos actos Los esclavos felices, cuyo libreto escribió el célebre dramaturgo Luciano Francisco Comella. Aunque se compuso entera, es todo lo que ha quedado de ella. Su catálogo orquestal se completa con la Sinfonía en Re mayor.
Sin duda la obra más famosa de Arriaga son los tres cuartetos de cuerda, única obra que vio publicada en vida.
Otra parte importante de su producción es la obra para voz y orquesta que también comprende arias, cantatas y música religiosa, entre la que destaca su Stabat Mater para dos tenores bajos y orquesta.
Escribió asimismo algunas pequeñas piezas y estudios para piano y para violín.
LOS ESCLAVOS FELICES OBRA DE ARRIAGA:

Mariano José de Larra


Mariano José de Larra y Sánchez de Castro (Madrid, 24 de marzo de 1809 – Ibídem, 13 de febrero de 1837) fue un escritor y periodista español y uno de los más importantes exponentes del romanticismo español.
Es considerado, junto a Espronceda, Bécquer y Rosalía de Castro, la más alta cota del romanticismo literario español. Periodista, crítico satírico y literario, y escritor costumbrista, publica en prensa más de doscientos artículos a lo largo de tan sólo ocho años. Impulsa así el desarrollo del género ensayístico. Escribe bajo los seudónimos Fígaro, Duende, Bachiller y El pobrecito hablador. De acuerdo con Iris M. Zavala, Larra representa el «romanticismo democrático en acción». Lejos de la complacencia en las efusiones del sentimiento, Fígaro sitúa España en el centro de su obra crítica y satírica. Su obra ha de entenderse en el contexto de las Cortes recién nacidas tras la década ominosa (1823–1833), y de la primera guerra carlista (1833–1840).
Tras el temprano suicidio de Larra a los 27 años de edad, José Zorrilla lee en su entierro una elegía con la que se da a conocer.
En 1908 algunos de los representantes de la generación del 98, Azorín, Unamuno y Baroja, llevan una corona de flores a su tumba, homenaje que significa su redescubrimiento y la identificación del grupo con el pensamiento de Larra y con su preocupación por España.


Fragmento de un texto escrito por José de Larra:

Un extranjero de éstos fué el que se presentó en mi casa, provisto de competentes cartas de recomendación para mi persona. Asuntos intrincados de familia, reclamaciones futuras, y aun proyectos vastos concebidos en París de invertir aquí sus cuantiosos caudales en tal cual especulación industrial o mercantil, eran los motivos que a nuestra patria le conducían.
Acostumbrado a la actividad en que viven nuestros vecinos, me aseguró formalmente que pensaba permanecer aquí muy poco tiempo, sobre todo si no encontraba pronto objeto seguro en que invertir su capital. Parecióme el extranjero digno de alguna consideración, trabé presto amistad con él, y lleno de lástima traté de persuadirle a que se volviese a su casa cuanto antes, siempre que seriamente trajese otro fin que no fuese el de pasearse. Admiróle la proposición, y fué preciso explicarme más claro.
--Mirad --le dije--, monsieur Sans-délai, que así se llamaba; vos venís decidido a pasar quince días, y a solventar en ellos vuestros asuntos.
--Ciertamente --me contestó--. Quince días, y es mucho. Mañana por la mañana buscamos un genealogista para mis asuntos de familia; por la tarde revuelve sus libros, busca mis ascendientes, y por la noche ya sé quién soy. En cuanto a mis reclamaciones, pasado mañana las presento fundadas en los datos que aquél me dé, legalizados en debida forma; y como será una cosa clara y de justicia innegable (pues sólo en este caso haré valer mis derechos), al tercer día se juzga el caso y soy dueño de lo mío. En cuanto a mis especulaciones, en que pienso invertir mis caudales, al cuarto día ya habré presentado mis proposiciones. Serán buenas o malas, y admitidas o desechadas en el acto, y son cinco días; en el sexto, séptimo y octavo, veo lo que hay que ver en Madrid; descanso el noveno; el décimo tomo mi asiento en la diligencia, si no me conviene estar más tiempo aquí, y me vuelvo a mi casa; aún me sobran de los quince, cinco días.
Al llegar aquí monsieur Sans-délai, traté de reprimir una carcajada que me andaba retozando ya hacía rato en el cuerpo, y si mi educación logró sofocar mi inoportuna jovialidad, no fué bastante a impedir que se asomase a mis labios una suave sonrisa de asombro y de lástima que sus planes ejecutivos me sacaban al rostro mal de mi grado.
--Permitidme, monsieur Sans-délai --le dije entre socarrón y formal--, permitidme que os convide a comer para el día en que llevéis quince meses de estancia en Madrid.
--¿Cómo?--Dentro de quince meses estáis aquí todavía.
--¿Os burláis?
--No por cierto.--¿No me podré marchar cuando quiera? ¡Cierto que la idea es graciosa!
--Sabed que no estáis en vuestro país activo y trabajador.
--¡Oh!, los españoles que han viajado por el extranjero han adquirido la costumbre de hablar mal [siempre] de su país por hacerse superiores a sus compatriotas.
--Os aseguro que en los quince días con que contáis, no habréis podido hablar siquiera a una sola de las personas cuya cooperación necesitáis.
--¡Hipérboles! Yo les comunicaré a todos mi actividad.
--Todos os comunicarán su inercia.
Conocí que no estaba el señor de Sans-délai muy dispuesto a dejarse convencer sino por la experiencia, y callé por entonces, bien seguro de que no tardarían mucho los hechos en hablar por mí.
Amaneció el día siguiente, y salimos entrambos a buscar un genealogista, lo cual sólo se pudo hacer preguntando de amigo en amigo y de conocido en conocido; encontrámosle por fin, y el buen señor, aturdido de ver nuestra precipitación, declaró francamente que necesitaba tomarse algún tiempo; instósele, y por mucho favor nos dijo definitivamente que nos diéramos una vuelta por allí dentro de unos días. Sonreíme y marchámonos. Pasaron tres días: fuimos.
--Vuelva usted mañana --nos respondió la criada--, porque el señor no se ha levantado todavía.

--Vuelva usted mañana --nos dijo al siguiente día--, porque el amo acaba de salir.

--Vuelva usted mañana --nos respondió al otro--, porque el amo está durmiendo la siesta.

--Vuelva usted mañana --nos respondió el lunes siguiente--, porque hoy ha ido a los toros.

--¿Qué día, a qué hora se ve a un español? Vímosle por fin, y Vuelva usted mañana --nos dijo--, porque se me ha olvidado. Vuelva usted mañana, porque no está en limpio.


Isabel II de Borbón, (Madrid, 10 de octubre de 1830 – París, 9 de abril de 1904), fue Reina de España entre 1833 y 1868, tras la derogación de la Ley Sálica por medio de la Pragmática Sanción, lo que provocó la insurgencia del infante Carlos, apoyado por los grupos absolutistas (los carlistas) que ya habían intentado proclamarle rey en la agonía de Fernando VII.

Hija de Fernando VII y de su cuarta esposa, su sobrina María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, Isabel asumió el trono de España el 29 de septiembre de 1833 después de la muerte de su padre, cuando ella tenía menos de tres años de edad. Su nacimiento y posterior ascensión al trono provocó el inicio de un largo conflicto, pues su tío, Carlos María Isidro de Borbón, hasta entonces primero en la sucesión a la corona, no aceptó el que Isabel fuese nombrada primero Princesa de Asturias y luego Reina.
Durante los primeros años de su reinado, mientras Isabel era una niña, la regencia fue asumida por su madre hasta 1840. En ese periodo tuvo lugar la Primera Guerra Carlista (1833 – 1840). Desde 1840 y hasta 1843 fue Regente el general Espartero, que finalmente fue obligado a abandonar el cargo.
Con trece años, Isabel fue declarada mayor de edad. Cuando la Reina tenía 16 años, el Gobierno arregló un matrimonio con su primo el infante don Francisco de Asís de Borbón, duque de Cádiz.

La represión a los liberales que hace Fernando VII.


A partir de 1823 , la represión se había basado en el depuración de los oficiales del ejercito, jueces, funcionarios,etc., de cuantos hubieran colaborado con el gobierno del Trienio Liberal o fueron sospechosos de liberalismo, (más de 80.000 personas, incluidos civiles y militares).
Se restableció la censura, se cerraron periódicos y universidades y se limpiaron las librerías y bibliotecas,(eliminando libros o impresos contrarios al absolutismo).
No se restableció la Inquisición, pero se compensó con la creación de un cuerpo de policía que la reemplazó en gran parte, (su actividad se encaminaba a la represión del liberalismo).
Fernando VII renunció por esta vez a la restauración plena del absolutismo (convencido de que no era muy eficaz), y opto con el despotismo ministerial.
Esta ultima etapa del reinado de Fernando VII puede considerarse como el paso hacia la instauración definitiva del Nuevo Régimen q tendrá lugar tras su muerte, este proceso se instaurará realmente durante la regencia de María Cristina de Borbón y en el reinado de Isabel II(su hija).

Mariana Pineda


Mariana de Pineda Muñoz, más conocida como Mariana Pineda, fue una heroína española que luchó por la causa liberal en el siglo XIX.
Nace en Granada el 1 de septiembre de 1804 y muere ejecutada por garrote vil en la misma ciudad, el 26 de mayo de 1831, a la edad de 26 años.
En 2006, el Gobierno de la Unión Europea rindió homenaje y le otorgó su nombre a la entrada principal del Parlamento Europeo, como símbolo de la aportación española a la lucha por los derechos y libertades en Europa. También en el Congreso de los Diputados, en Madrid, figura su nombre junto a los de otros españoles héroes de la libertad.

Bibliografía de Rafael Riego


Santa María de Tuñas, Asturias, 1785 - Madrid, 1823) Militar español. Miembro de los Guardias de Corps, luchó contra los franceses en la Guerra de la Independencia (1808-14). Estuvo prisionero en Francia, en donde recibió la influencia ideológica del liberalismo revolucionario.
En 1819 fue destinado como comandante al ejército que se estaba concentrando en Andalucía con la intención de partir hacia América y restablecer allí el dominio colonial español, que las rebeliones de los criollos habían eliminado durante la ocupación francesa de la metrópoli. Riego participó en las conspiraciones liberales encaminadas a sublevar al ejército contra el régimen absolutista impuesto por Fernando VII; y en 1820 se pronunció públicamente en Las Cabezas de San Juan (Sevilla) a favor de la Constitución de Cádiz de 1812, que el rey había abolido nada más regresar.
El descontento de las tropas por las condiciones en que iban a ser enviadas a América (en una flota poco fiable) facilitó el éxito del pronunciamiento. Riego recorrió Andalucía al frente de una columna, animando a la insurrección a los liberales y sin encontrar apenas resistencia, hasta que Fernando VII se decidió a jurar la Constitución.
Se abrió así un periodo de monarquía constitucional (el Trienio Constitucional de 1820-23), enormemente difícil por la deslealtad del rey al régimen que le habían impuesto los liberales. El propio Riego se convirtió en símbolo del liberalismo radical y colaboró con los gobiernos liberales como capitán general de Galicia y de Aragón y presidente de las Cortes (1822).
Cuando se produjo la invasión francesa de los «Cien mil hijos de San Luis», que venía a restablecer el absolutismo, Riego encabezó la resistencia en Andalucía (1823); pero fue derrotado, capturado y ejecutado. Pervivió, sin embargo, en la memoria popular como un héroe mítico de la lucha por la libertad; la marcha que tocaban sus tropas durante los hechos de 1820 siguió sonando como himno revolucionario a lo largo del siglo XIX y fue declarada himno nacional de España por la Segunda República (1931-39).

José Bonaparte


Recibió el nombre de Pepe Botella.

Cuadros y bibliografía de Goya.


El sueño de la razón produce mounstros pintura oscura de Goya.





CUADROS PINTADOS POR GOYA ANTES DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA ESPAÑOLA .







CUADROS QUE GOYA PINTÓ TRAS LA GUERRA DE INDEPENDENCIA ESPAÑOLA:











Francisco de Goya y Lucientes (Fuendetodos, Zaragoza, 30 de marzo de 1746 – Burdeos, Francia, 15 de abril de 1828) fue un pintor y grabador español. Su obra abarca la pintura de caballete y mural, el grabado y el dibujo. En todas estas facetas desarrolló un estilo que inaugura el Romanticismo. El arte goyesco supone, asimismo, el comienzo de la Pintura contemporánea, y se considera precursor de las vanguardias pictóricas del siglo XX.

La matanza de Quíos




La matanza de Quíos (en francés, Scène des massacres de Scio) es un cuadro de Eugène Delacroix, conservado en el Museo del Louvre de París, Francia. Se trata de un óleo sobre lienzo que mide 417 cm de alto por 354 cm de ancho. Data del año 1824.
Este cuadro representa un episodio de la
guerra de independencia de los griegos contra los otomanos ocurrido ese mismo año: la matanza de 20.000 habitantes de las islas griegas, y el sometimiento a la esclavitud de las mujeres y los niños supervivientes.

 
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