domingo, 20 de junio de 2010
Luis Carrero Blanco
Luis Carrero Blanco (Santoña, Cantabria, 4 de marzo de 1904[1] – Madrid, 20 de diciembre de 1973) fue un militar y político español que ocupó diversos cargos en el gobierno de Franco. Fue asesinado por ETA cuando era presidente del Gobierno de España durante la etapa final de esta dictadura.
Formación
Ingresó en la Escuela Naval en 1918 contando con 14 años y tomó parte en la campaña de Marruecos (1924-1926).
La Guerra Civil
Al iniciarse la Guerra Civil Española se refugió en las embajadas de México y Francia para evitar ser ejecutado por milicias republicanas, hasta que en junio de 1937 consiguió evadirse a la zona sublevada. Situado al mando del destructor Huesca y, posteriormente, de un submarino, llegó a ser jefe de Operaciones del Estado Mayor de la Marina.
Cargos de Gobierno
En el año 1940 redactó un informe recomendando la neutralidad española en la II Guerra Mundial. Desde entonces se convirtió en hombre de confianza del general Franco, desplazando paulatinamente a Juan Antonio Suances. Fue nombrado Subsecretario (1941) y Ministro de la Presidencia (1951), luego Vicepresidente (1967), lo que supuso un incremento creciente de su peso específico en el gobierno. En su labor procuró limitar la influencia de los falangistas, promovió la modernización económica y administrativa del Estado, aunque siempre dentro del franquismo, y apoyó la planificación de la sucesión monárquica del régimen, en la figura de Juan Carlos I.
En junio de 1973 fue nombrado Presidente del gobierno, lo que hacía pensar que se convertiría en el hombre fuerte del Estado a la muerte del Caudillo y en el pilar sobre el cual se sustentaría el franquismo sin Franco, pero su asesinato el 20 de diciembre de 1973 en un atentado perpetrado por ETA en Madrid abortó esas expectativas.
Firme partidario de una política de neutralidad armada como modo de evitar la intervención española en la Segunda Guerra Mundial en su versión de escritor bajo el seudónimo de Juan de la Cosa plantea la hipótesis de que en septiembre de 1939 España contara con un gobierno similar al existente en el invierno de 1936, es decir, un gobierno del Frente Popular. En este supuesto no hubiera sido posible la neutralidad, España hubiera ido a la guerra contra Alemania y probablemente hubiera capitulado en junio de 1940, al mismo tiempo que Francia:
«...Pues bien, gracias al Movimiento Nacional, en junio de 1940 los alemanes se encontraron al llegar a los Pirineos con un pueblo aguerrido que había recuperado el concepto de dignidad nacional, que, prefiriendo morir a ser cipayo, estaba dispuesto a batirse con el beligerante que pisase su suelo, fuese quien fuese, para defender los derechos de neutralidad y los sagrados intereses de España, que estaban al margen del pleito que se debatía con las armas, y ... los alemanes quedaron detenidos en el Pirineo. La neutralidad española, respladada por el prestigio de sus soldados y de su Caudillo, logró lo que no habían podido conseguir las armas aliadas: poner un dique al alud de la Wehrmacht...»
«Operación Ogro» es el nombre en clave con el que ETA denominó a este magnicidio. Los miembros de ETA se desplazaron hasta Madrid y alquilaron un semisótano en el número 104 de la calle Claudio Coello; a partir de allí excavaron un túnel hasta el centro de la calzada, donde colocaron cerca de 100 kilogramos de Goma-2 que hicieron explotar el 20 de diciembre de 1973 al paso del coche de Carrero Blanco, quince minutos antes del inicio del juicio contra diez miembros del entonces sindicato clandestino Comisiones Obreras, conocido como «Proceso 1001».
La explosión, que acabó con la vida de Carrero Blanco, fue tan violenta que el coche voló por los aires y cayó en la azotea de un edificio anexo a la iglesia donde había asistido a misa momentos antes. Su hija Ángeles, que siempre lo acompañaba, no lo hizo ese día, lo cual evitó más muertes. También fallecieron otras dos personas, el inspector de Policía, José Antonio Bueno Fernández, y el conductor del vehículo, José Luis Pérez Mogena.
Carrero Blanco, pese a haber sido advertido de la posibilidad de sufrir un atentado se negó a aumentar sus escasas medidas de seguridad; su horario de colegio y sus itinerarios eran invariables y el coche en el que se desplazaba no estaba blindado.
El objetivo del atentado, según indicaba el comunicado en el que ETA asumía su autoría, era intensificar las divisiones entonces existentes en el seno del régimen franquista entre los «aperturistas» y los «puristas». Según declaraciones posteriores de uno de los miembros del Comando Txikia, Carrero Blanco era «una pieza fundamental» e «insustituible» del régimen y representaba al «franquismo puro»:
La ejecución en sí tenía un alcance y unos objetivos clarísimos. A partir de 1951 Carrero ocupó prácticamente la jefatura del Gobierno en el Régimen. Carrero simbolizaba mejor que nadie la figura del «franquismo puro». Por otra parte, llegó a ser insustituible por su experiencia y capacidad de maniobra y porque nadie lograba como él mantener el equilibrio interno del franquismo […].
Placa en recuerdo a Carrero Blanco en el lugar donde sufrió el atentado que acabó con su vida.La complejidad del atentado y su cercanía con la embajada de los EE.UU. hizo sospechar que tal vez otras organizaciones estuvieran implicadas, estando la CIA y su jefe de estancia en España González Mata, entre las más mencionadas, lo que fue desmentido por los autores del atentado.
El el año 2008 se desclasifica una nota de la embajada de los EE.UU. en Madrid al Departamento de Estado del Gobierno de los EE.UU en el que se afirma que El mejor resultado que puede surgir... sería que Carrero desaparezca de escena, con posible sustitución por el general Díez Alegría o Castañón.
El hecho de que durante la guerra del Yom Kipur -Octubre de 1973- Carrero Blanco impidiera a los Estados Unidos usar la bases americanas en territorio español llevó a la agencia soviética Tass a declarar que la CIA había asesinado a un político franquista de tendencia nacionalista que se niega a entrar en la OTAN y a cumplir ciegamente las órdenes de Washington.
La única persona que supuestamente vio la cara al conocido como «hombre de la gabardina blanca» que entregó los horarios y rutas de Carrero Blanco en el Hotel Mindanao de Madrid, José Miguel Beñarán Ordeñana (Argala) murió en 1978 a manos de una organización paramilitar, el Batallón Vasco-Español (BVE).Asimismo, uno de los presuntos autores materiales del atentado fue asesinado poco después.
Consecuencias
El magnicidio tuvo gran repercusión en la España de la época, siendo muy diversos los sentimientos que provocó y sus consecuencias políticas posteriores.
Libro y película
La escritora Eva Forest publicó en Francia un año después, bajo el seudónimo «Julen Agirre», un libro titulado Operación Ogro en el que relataba la preparación y ejecución del atentado. Sin embargo, aunque algunas de sus partes reflejan verazmente los hechos, otras parecen escritas para confundir las investigaciones policiales de la época, por lo que no se considera una fuente absolutamente fidedigna en ciertos aspectos. A los veinte años de aquel acontecimiento se reeditó este libro con algunas nuevas aportaciones y un capítulo inédito, reflejando los datos que habían sido deliberadamente transformados para no comprometer a quienes participaron en la huida del comando.
En el año 1979 se rodó una película basada en estos hechos también titulada Operación Ogro, que fue la última obra dirigida por Gillo Pontecorvo[15] y que contaba con música de Ennio Morricone. La película fue seleccionada oficialmente para la clausura del Festival de Venecia y declarada de «Especial Calidad» por la Dirección General de Cinematografía, y obtuvo el premio italiano David di Donatello a la mejor dirección
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